Laura & Gabriel - La Ruitoca Picnic
- Johan Rey
- hace 4 días
- 2 Min. de lectura
Un amor que cruzó fronteras
Algunas historias de amor parecen escritas por la vida con una pluma delicada. La de Laura y Gabriel comenzó en Francia, rodeada de los colores y aromas que ella, como florista, conoce tan bien. Desde el primer momento que hablamos, supe que esta boda sería más que un evento: sería un viaje lleno de emoción, familia y detalles cuidadosamente pensados.
Cuando me contaron que celebrarían su día en Colombia, en La Ruitoca Picnic, entendí que la esencia de su historia sería la unión de dos mundos: la elegancia francesa y la calidez colombiana. Y así, con las maletas llenas de expectativas y el corazón abierto, llegamos a ese día que quedará para siempre en sus memorias… y en las mías.
El encanto de La Ruitoca Picnic
La Ruitoca es de esos lugares que parecen detener el tiempo. Los tonos tierra de sus muros, el verde profundo de la naturaleza que lo rodea y la brisa suave que trae consigo el perfume de las flores silvestres crearon un escenario perfecto para una boda íntima y emotiva.
La luz de la tarde jugaba entre los árboles, filtrándose en haces dorados que iluminaban cada rincón. El sonido de las hojas moviéndose suavemente acompañaba el murmullo de los invitados, mientras en el aire flotaba la fragancia dulce de las flores que Laura eligió con tanto amor.
Un día tejido con emociones
Desde temprano, la atmósfera estuvo cargada de sentimiento. Laura se preparaba rodeada de sus damas de honor, todas vibrando de emoción. Uno de los momentos más intensos llegó cuando hizo su first look con su papá y sus amigas: abrazos fuertes, lágrimas sinceras, sonrisas que hablaban más que las palabras.
Gabriel, con su elegancia natural francesa, vivió un instante profundamente conmovedor en un “first touch” con Laura antes de la ceremonia. Sin verse, tomaron sus manos y respiraron juntos, sintiendo que ese era el verdadero inicio del resto de sus vidas.
La ceremonia cristiana, celebrada bajo el cielo abierto del mismo lugar, fue íntima y significativa. Las promesas resonaron entre la naturaleza y las miradas cómplices de quienes viajaron desde tan lejos para acompañarlos.
Reflexiones de un narrador visual
Lo que hizo única esta boda no fueron solo los detalles estéticos —aunque cada flor, cada color, cada textura fue un deleite— sino la manera en que la historia se tejió entre dos culturas, dos familias y dos formas de vivir el amor.
Documentar su día fue, para mí, un recordatorio de que las bodas más memorables no son las perfectas, sino las que se viven con el corazón abierto. Me quedo con la imagen de Gabriel abrazando a sus padres, sus ojos brillando con lágrimas y orgullo, y con Laura riendo mientras giraba en medio de la pista, sus flores ambientando toda la recepción, como si también celebraran.
Para los que sueñan con una historia contada con intención
Si tu historia de amor también está hecha de detalles que importan, miradas que dicen todo y promesas que trascienden distancias… me encantaría contarla.
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